La caducidad de Fibertel dictada por el gobierno ha sacudido al gremio de la televisión. La resolución adoptada abre un signo de interrogación sobre la continuidad laboral de los trabajadores y sus futuras condiciones de trabajo.
Que Clarín funciona como un Estado sin ley, los trabajadores lo sabemos desde siempre; en Canal 13-TN continúa prohibido el reingreso de los dos delegados despedidos en 2008, a pesar de los fallos judiciales que ordenan al monopolio reponerlos en el cargo.
En la gráfica AGR, se despidió a toda su comisión interna en 2004. Lo mismo en Clarín-Olé junto a un centenar de trabajadores, hace diez años. Antes, en los ’90, cesanteó y le prohibió la entrada a otro delegado.
Es preciso señalar que la absorción de Fibertel por Cablevisión y la de ambos por parte de Clarín pasaron ante la vista gorda de todos los “organismos de control” del gobierno kirchnerista.
El gobierno se acordó ahora de la ilegalidad de Fibertel. Pero para beneficiar a otros monopolios, “amigos” del gobierno. Nos referimos a Telefónica y Telecom.
Asimismo, el grupo K Werthein, que tiene el control de contenidos en Telecom, es propietario de C5N junto a Daniel Hadad. En ese canal de cable, los bajos salarios, los despidos injustificados y el matonaje contra el personal son moneda corriente. Cualquier intento de organización gremial entre los trabajadores de prensa se paga con la persecución y el despido.
En las últimas paritarias de la televisión, los mayores beneficiarios del acuerdo, con un préstamo por seis meses a tasa cero sobre la retención del “primer aumento” de los trabajadores, fueron Cablevisión y Supercanal (Clarín es parte accionista de este último).
En este cuadro, es necesario clarificar el rol de la directiva del sindicato (SAT), que sacó una resolución donde muestra “preocupación” por la suerte que puedan correr los trabajadores de Cablevisión.
Pero el SATSAID se encuentra en la contradicción de apoyar acérrimamente la nueva Ley de Medios, que no es otra cosa que el beneficio del gobierno nacional a Telecom y Telefónica, a las que están alineadas a él.
Los trabajadores de la televisión nos encontramos en la encrucijada: si se pierden los trabajadores de la empresa más importante, aflora la tendencia al propio vaciamiento dentro del gremio. Para enfrentar los despidos, es necesario un sindicato independiente del gobierno y las empresas.
Desde Fibra Obrera, nuestro planteo es que Fibertel siga con sus actividades, no bajo la dirección de Cablevisión-Clarín sino bajo una gestión constituida por representantes de sus trabajadores, de organizaciones políticas y sociales reconocidas y de trabajadores de la televisión.
Además de la defensa de todos los puestos de trabajo y de la plena vigencia de los derechos sindicales y laborales de los trabajadores.
El castigo a toda patronal de la comunicación que viole los derechos de sus trabajadores y a los funcionarios y mandantes que deben hacer cumplir la ley.
De esta manera, colocaremos un límite a la extorsión que Clarín, por un lado, y los monopolios mediáticos oficialistas, por el otro, ejercen sobre los trabajadores de la televisión y la opinión pública. Y abriremos un debate sobre el derecho al trabajo y a la libertad de expresión, que exigen una lucha contra el monopolio capitalista privado o estatal de los medios de prensa y comunicación.
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