jueves, 7 de enero de 2010

UNA LEY TRAMPOSA Y CONTRADICTORIA

“ley de medios”: la estafa de elegir entre uno de los dos bandos

La rimbombante “Ley de Medios” resultó una típica maniobra del gobierno: cambiar algo para que en sí mismo nada cambie. El verdadero carácter de la normativa promulgada es una disputa entre monopolios, camarillas del poder y sus gerentes políticos por el control de los medios audiovisuales. Detrás del pelaje democrático que preludió la salida de la Ley de Servicios y Comunicación Audiovisuales (SCA) existe una cadena de contradicciones que arrojan luz a su esencia, la de revalidar al capitalismo como explotador de la información y a los pulpos del sistema como garantes de la libertad de expresión.Trampas por aquí y por allá. La “amplitud” de ideas en el “armado” de la ley dejó serias dudas desde el vamos. Los foros de discusión entre marzo y abril fueron delimitados por el propio Gabriel Mariotto, interventor del Comfer, al aseverar que “los aportes que coincidan con el espíritu del Ejecutivo serán incorporados”. O sea, no permitieron el debate político. De hecho, a la Federación Universitaria de Buenos Aires y algunos partidos de izquierda, no se les permitieron sus ponencias. Luego siguió la “novela” de las telefónicas: la centroizquierda vetó el ingreso de las éstas al mercado del Triple Play condicionando su voto positivo al gobierno si no se hacía lugar al reclamo.

El Satsaid también redobló la apuesta a través de Horacio Arreceygor.“Fue fundamental la intervención del gremio para que la ley responda a los intereses de los trabajadores y no quede librada a las presiones y lobbies empresarios que, quisieron imponer el cambio de monopolios de los dueños de los diarios por monopolios de las empresas telefónicas”, expresó en Vía Satelital (octubre 2009).
Y el gobierno reculó... pero un poquito, porque su idea es ir hacia las telefónicas. Aprobado el proyecto en la Cámara Baja, Cristina habló de “no tapar el sol con las manos” en referencia a que la convergencia cable-telefonía es inevitable. En ese sentido, el Comfer fue más allá. Es que por la resolución 275/2009 la telefonía vio reabierta la “posibilidad de ingresar al negocio de la televisión por cable en todo el país” (Dúo + Direct TV y Pack Arnet + Direct TV, con lo cual Clarín está presente desde otro plano en el negocio que quieren desguasar…)El golpe de gracia lo asestó hace poco más de un mes el propio congreso K cuando el Senado convirtió en ley el decreto 527 de "necesidad y urgencia" firmado por Néstor Kirchner ¡en 2005! mediante el cual se extendía automáticamente las licencias por diez años a las empresas multimedia.

Hace cuatro años, el entonces Jefe de Gabinete, Alberto Fernández, decía que "les estamos permitiendo planificar (a las empresas de medios) a diez años más para que pongan en orden sus finanzas (…) lleven adelante su negocio y trabajen con tranquilidad" (ver Fibra Obrera Nº 3, abril 2008). Pero el dato sustancial de ayer es el fondo de la cuestión hoy: "Queremos los medios en manos de empresarios nacionales", aseguró el entonces presidente Kirchner. Traducido a lenguaje “nacional y popular” quiere decir, los medios en manos de Rudy Ulloa, Eduardo Eurnekian, Grupo Werthein, Cristóbal López o el petrobanquero Eskenazi, entre otros. Por caso, la cocina ya está encendida.
El “fútbol para todos” transmitió el desenlace del torneo Apertura 2010 en dúplex por Canal 7 y Canal 9, y por éste último se emitirán desde el año que viene los dos programas de más rating de la productora PPT, del ultrakirchnerista Diego Gvirtz. Queda develar quién o quiénes son los sucesores del mexicano Angel Remigio González y González, quien a fines de 2007 cambió trabajadores por productos enlatados y ante lo cual ni el Satsaid ni la UTPBA movieron un pelo.Polarizar la opinión pública, esa es la cuestión. El laberinto construido con esa última reglamentación contradice toda la ley SCA y como mínimo la pone en un plano de inmovilidad severo. En ese escenario, ¿cómo atacar al oligopolio mediático con un decreto de 2005 convertido en ley en 2009? Más ahora, luego de que tres fallos judiciales en menos de un mes dejaron en suspenso la aplicación de la ley de medios en todo el país (Crítica, 22/12/09), entre ellos, la ratificación de la fusión Multi-Cable.

Como en los meses de conflicto con el campo y de los “debates” por la nueva ley de medios, kirchnerismo y oposición ensuciarán la cancha con el juego de “ellos o nosotros”. Esa polarización suma tiempo. Tiempo suficiente para reestructurar y desinvertir siempre a favor de los monopolios. Incluso una supuesta “ejecución” puede darse con presidencia nueva y sin descartar, claro, que se revean, retoquen y/o reformen artículos de la ley SCA a manos del “nuevo congreso”. La ley y los trabajadores. La batalla oficial contra los monopolios es un chantaje ya que se trata de otra pelea patronal por el cambio de manos en el negocio multimillonario de las telecomunicaciones.
En ese contexto, y suponiendo que los fallos contra la nueva ley no sean avalados definitivamente, el Grupo Clarín podrá desprenderse a valor de mercado de parte de sus “licencias” a manos de otras corporaciones con igual prontuario, como por ejemplo las telefónicas, Aeropuertos 2000, o cualquiera que represente a los intereses del ejecutivo y que no altere el régimen social en el que se asienta dicho desarrollo. La práctica antidemocrática, monopólica y anticompetitiva está marcada por el propio capital, por una minoría que usufructúa en beneficio privado lo que debe ser de toda la población trabajadora.

¿Qué rol nos cabe entonces? Apenas un inciso de toda la ley hace referencia a las “garantías” de los trabajadores audiovisuales, es decir, la ley SCA no responde a nuestros intereses sino a los de los grupos que amasaron una fortuna durante más de dos décadas gracias a la precarización laboral, la política antisindical, el ninguneo de los CCT y el accionar mafioso sobre las voces independientes. Por lo tanto, se vuelve imperioso que a la par de la renovación tecnológica de las licenciatarias que sí cuentan con un “marco legal” y del que “nuestro gremio” fue parte activa y propagandística, se revisen, actualicen y unifiquen los convenios colectivos de trabajo 223/75 y 131/7, de cara a lo que se viene en materia de condiones laborales y lucha salarial. Es preciso entonces impulsar asambleas periódicas que resuelvan ese punto y luchen por la unificación de paritarias de ambos convenios como primer paso, el pase a planta permanente de los compañeros tercerizados, pasantes y jornaleros, el reparto de horas y el cese de suspensiones y despidos para poner en pie y fortalecer direcciones obreras clasistas en las empresas.

Los medios y sus socios han aportado confusión y manipulación política a los trabajadores, llevándonos en muchos casos a elegir con cuál soga ahorcarnos primero en un cuadro de crisis capitalista internacional que el kirchnerismo no puede contener y la falsa oposición atomizada es incapaz de canalizar.

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