sábado, 31 de julio de 2010

Sobre jubilaciones, la CGT y la CTA

La lucha por el 82% móvil no es nueva. En las páginas de Fibra Obrera ya tocamos el tema estableciendo una posición elemental clara: que ese porcentaje sea sobre la base del salario conformado de un trabajador en actividad.

La caravana de reclamos judiciales y las recientes manifestaciones de protesta de los docentes jubilados, ha reabierto la discusión sobre este reclamo postergado.

Por un lado los Kirchner justifican que “el país no está preparado para pagar el 82% móvil”, o que “es demencial, una irresponsabilidad, una locura” y que vetaría la ley en caso de ser aprobada en el Congreso. Sin embargo, cierran el pico cuando de bancan fideicomisos financieros o sostienen bonos de deuda pública o salvan monopolios y multinacionales con la plata del Anses.

Pero… ¿qué opinan los líderes de la CGT y la CTA al respecto?

Hugo Moyano, para sacar a los K del ‘apuro’, está planteando que se vote el 82% a condición de que se lo vaya pagando en cuotas: primero el 60%, luego el 65 y así sucesivamente, tal y como nos tiene acostumbrados en cada paritaria.

Por su parte Hugo Yasky (CTA), acaba de firmar en Ctera un acuerdo que aumenta las jubilaciones docentes un 0,98%. ¡Una estafa!

El verso de los “Hugos” nos da una pauta de lo que ya se está negociando en el Congreso para desvirtuar los proyectos que se han presentado, y que – a su vez – ya están desvirtuados, porque no establecen el 82% móvil sobre el último salario cobrado, sino sobre el mínimo vital y móvil del Consejo del Salario ($1500), ámbito gubernamental-empresarial-sindical donde se sientan y negocian la CGT y la CTA con la UIA a espaldas de los trabajadores.

Tanto la CGT como la CTA atentan contra el aumento de las arcas del Anses a partir de las sumas en negro que ellos mismos acuerdan en cada paritaria con las empresas - alrededor de 16 mil millones de pesos anuales - reduciendo los “aportes patronales”.

Lo mismo sucede con la flexibilización laboral, donde ambas centrales guardan silencio ante un 48% de la población trabajadora subempleada. Cifra que crece si sumamos contratados por plazo fijo y pasantes, entre otros. Pero simplemente utilizando los números del Indec, si se incorporaran los aportes de los trabajadores en negro, (el 36% según Moreno), a un promedio salarial de $2000, ingresarían unos 34 mil millones más. Si a esta cifra le sumamos aquellos 16 mil millones, se obtiene un total de 50 mil millones de pesos, lo que alcanza para establecer el 82% móvil sobre el último salario cobrado.

Queda claro que no podemos dejar en manos de ellos nuestros reclamos y luchas. No sólo boicotean el pago de una jubilación digna actual sino que lo hacen a futuro con la nuestra. ¡Necesitamos motorizar y movilizar la lucha por el 82% móvil en cada lugar de trabajo!

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